Una semana que no queríamos que terminara, Dios bendijo de una manera extraordinaria, el espíritu el amor por las misiones, gracias por una Iglesia dadivosa y fiel que cree y ayuda a las misiones en todo el mundo, aun hay mucho que hacer y el tiempo es corto así que manos a la obra, Dios bendiga a cada hermano y hermana que trabajaron y sacrificaron para la obra misionera.